domingo, 20 de abril de 2008

¿Qué es la Instrucción Directa?

Se emplea el término "instrucción directa" para referirse a un patrón didáctico que consiste en explicar un nuevo concepto o habilidad a un grupo numeroso de estudiantes, sometiendo a prueba su comprensión por medio de la práctica dirigida por el docente (esto es, la práctica controlada) y estimulándolos a continuar esa práctica bajo la guía del docente (práctica guiada).

Antes de presentar y explicar el nuevo material, es conveniente establecer un marco de referencia para la lección y preparar a los alumnos con respecto a dicho material. Los comentarios preliminares estructurados por el docente pueden tomar varias formas, entre las que se incluyen:
  • Las actividades preliminares que sacan a la luz las estructuras de conocimiento pertinentes que ya poseen los alumnos (Anderson, Evertson y Brophy, 1979), tales como examinar el trabajo del día anterior (Rosenshine, 1995).
  • Analizar el objetivo de la lección.
  • Proporcionar directivas claras y explícitas sobre el trabajo a realizar.
  • Comunicar a los estudiantes los materiales que emplearán y las actividades que se llevarán a cabo durante la lección.
  • Proporcionar un cuadro panorámico de esta.

Una vez establecido el encuadre de aprendizaje, se inicia la instrucción presentando el nuevo concepto o habilidad. Que el alumno tenga éxito en el aprendizaje del nuevo material depende, en gran medida, de la calidad y exhaustividad de la explicación inicial del docente.

La explicación es seguida por un análisis mediante el cual el docente verifica la comprensión del nuevo concepto o habilidad por parte del estudiante. Los docentes eficientes, a diferencia de los que lo son menos, hacen más preguntas para verificar la comprensión del estudiante (Rosenshine, 1985).

Otros aspectos de la conducta eficaz del docente en lo que respecta a los interrogatorios dentro de los enfoques de la enseñanza directa son:

  • Hacer preguntas convergentes en cuanto opuestas a las divergentes (Rosenshine, 1971, 1986).
  • Asegurarse de que todos los estudiantes tengan la oportunidad de responder.
  • Dedicar gran parte del tiempo (del 75% al 90%) a hacer preguntas del “alcance” de los estudiantes (Rosenshine, 1985).
  • Evitar las preguntas no académicas durante la enseñanza directiva (Rosenshine, 1985; Soar, Soar y Ragosta, 1971).

Una vez que el alumno contestó la pregunta formulada por el docente, éste debe dar una realimentación inmediata sobre la respuesta y para que sea eficaz, esta realimentación debe ser académica, correctiva, respetuosa y justa.

Los buenos docentes no dejan pasar los errores ni tampoco se limitan a dar la respuesta correcta a quienes contestaron de forma indebida. Emplean técnicas para corregir las respuestas o bien enseñan nuevamente el material. Por otra parte los docentes eficientes mantienen un ritmo vivaz durante la actividad expositiva.